Chagall, Marc – Rusia/Francia

1887-1985 | Arte Europeo

BIOGRAFÍA DE MARC CHAGALL

Nace en la pequeña aldea rusa de Vitebsk, en 1887, pero sus inquietudes artísticas le llevaron a Francia, donde se traslada en 1910. Allí asimila las corrientes artísticas como el fauvismo, el cubismo o el orfismo, a partir de las cuales desarrolla un estilo personal muy ligado a sus vivencias, sus orígenes y su condición de judío.

Nunca se unió a ninguna vanguardia, a pesar de las insistencias de Bretón para que formase parte del grupo surrealista, aunque sí sintió afinidad por varios movimientos que le influirían de manera diferente a lo largo de su trayectoria.

En 1914, cuatro años más tarde de su llegada a Francia, volvió a Rusia y participó en la renovación cultural de su país, pero sus disputas con Malevich y las exigencias revolucionarias de vincular compromiso político y obra artística le llevarían a marchar a Alemania en 1924, para partir también, primero a Francia y luego a Estados Unidos, de donde volvió una vez acabada la Segunda Guerra Mundial.

OBRA DE MARC CHAGALL

Chagall crea un repertorio iconográfico propio reducido al cual se mantiene fiel a lo largo de su trayectoria artística.  Su pintura fusiona recuerdos personales con el folclore popular ruso, creando representaciones entre la realidad y la fantasía, llenas de símbolos y alegorías a través de las cuales se expresa su mundo interior.

Sus temas son la familia, su país de origen, la vida de los campesinos en la tierra rusa, los sueños de juventud, los ritos y las tradiciones hebreas. A ellos vuelve una y otra vez, reelaborándolos para profundizar a partir de ellos en su propio mundo intimista y sentimental con su estilo único.

Debido al uso simbólico de las imágenes que emplea, las obras de Marc Chagall pueden llegar a ser descifradas como si de un lenguaje se tratase. Elementos habituales en sus representaciones como la vaca, el violín, el sacerdote, los personajes volando, las gallinas o las flores hacen referencia directa a temas de su pasado y de su presente. Todo aquello que tiene que ver con la tradición hebrea nos transporta a su niñez y nos habla de su añoranza. Representa también estados de ánimo como el amor y la alegría a partir de personajes flotando.

 

Silvia Sánchez Ruiz
Curadora